
Asimismo, una manera de brindar homenaje a todos aquellos jóvenes que se arriesgaron a arribar un país cuyas costumbres eran completamente distintas a la de su país natal, con la esperanza de encontrar y obtener una mejor calidad de vida para ellos y sus respectivas familias en una época crítica, sobre todo en el aspecto laboral, para el Japón.
Así pues, debajo de este puente, se pueden observar 790 placas en donde se encuentran grabados los nombres de todos y cada uno de aquellos que integraron la primera generación de inmigrantes japoneses al suelo peruano.
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